Pertenecientes a la familia de los cíclidos, estos habitantes del mar se suelen encontrar en el continente africano, distribuidos por los lagos más importantes del lado oeste de África: el Victoria, el Tanganika y el Malawi. Debido al agua alcalina que los particulariza y a su alto nivel de mineralización, los cíclidos que en ellos habitan son únicos, diferenciándose así de los americanos.
El origen de estas especies se sitúa en los peces marinos, que por diferentes causas biológicas, tuvieron que desplazarse a lagos y ríos adaptándose así a condiciones muy extremas. Empezaron a habitar los lugares en los que el resto de ejemplares fueran incapaces de desarrollarse y, de esta forma, se hicieron un hueco en el mundo submarino africano y americano.
De ahí surgieron los cíclidos y es por esta razón por la que son capaces de resistir hasta en lugares de agua salobre (donde la cantidad de sales marinas del lugar es menor a la recomendada). De esta manera fueron colonizando poco a poco los lagos de África antes de que otros pudieran lograrlo y cruzaron al otro lado del charco llegando al cono sur americano, no sin antes enfrentarse a multitud de peces de carácter peligroso como las pirañas o los peces gato gigantes hasta encontrar las zonas menos pobladas.
Así pues, la gran familia que forman los cíclidos está distribuida por muchas partes del mundo (Madagascar, India, África y América
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